HACE 49 AÑOS EN ARGENTINA: UNA HUELGA HISTÓRICA
Escribe: Pedro Fuentes (*)
49 años después, un tribunal argentino juzga crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno y los poderosos contra los trabajadores metalúrgicos de Villa Constitución.
Tuve la suerte de revivir momentos históricos. Con viejos compañeros del PST, entre ellos Pacho Juárez, dirigente de la huelga y del PST, el tornero José Moya, y otros dirigentes obreros del Comité de Huelga como Zenón, somos querellantes en ese juicio que fue impulsado por estos y otros dirigentes y familiares de las víctimas de la huelga, que juzga nada más y menos que el terrorismo de estado llevado adelantes por el gobierno de Isabel Perón en la huelga de Villa Constitución.
Compartí con ellos, con Carlos Carcione, militantes de derechos humanos y militantes del MST una rica charla en un local del MST en Rosario. Posteriormente también mi declaración ante el Juez. El juicio es llevado adelante por dos jóvenes y entusiastas abogados, dos luchadores por la verdad y la justicia, Federico y Julia, y promovido por familiares de Villa y una Comisión de ex obreros.
Visto desde ahora, pasados estos 49 años creo que esta huelga entra en la historia de las grandes epopeyas de trabajadores argentinos, como lo de la Patagonia Rebelde y la de los Talleres Vasena en la denominada semana trágica.
La acción paramilitar sobre Villa
La noche del 19 de marzo de 1975, 100 coches de civil sin patentes, llenos de policiales y paramilitares miembros de la Liga Anticomunista Argentina, llegaron al pueblo de Villa Constitución (de aproximadamente 35 mil habitantes) y sus zonas cercanas, destrozando las puertas de casas, intimidando, golpeando con sus armas largas y levándose a más de 300 compañeros de las diferentes fabricas del complejo siderúrgico presos, entre ellos la mayoría de la dirección clasista de la Unión Obrera Metalúrgica de esa localidad.
Para llevar adelante tremenda acción represiva, convenientemente apoyada por carros de asalto que prácticamente ocuparon el pueblo, el gobierno de Isabel Perón y López Rega adujo que en la zona había un complot cuyo objetivo era paralizar todo el cordón de fábricas de más de 100 kms sobre el Rio Paraná. Decían que había una serpiente que tenía su cabeza roja en Villa Constitución, que estaba dirigida por los grupos guerrilleros. Por lo tanto, había que terminar con ella.
Una auténtica dirección clasista
Sucedía que la dirección de Villa había surgido desde las bases; se trataba de una nueva dirección como muchas otras que habían aparecido en Argentina producto de las grandes semi insurrecciones del Cordobazo, Rosariazo, Mendozazo. El clasismo argentino, era el producto más genuino en el país de las revoluciones del 68 que recorrieron el mundo. (El mayo francés, la primavera de Praga, la respuesta a la guerra de Vietnam tanto por la lucha armada en ese país como el movimiento antiguerra de los EEUU)
El gobierno tenía que golpear
La crisis económica comenzaba a tocar al país y el gobierno de Isabelita necesitaba hacer un duro plan de ajuste. Para ello, tenía que deshacerse de las nuevas direcciones surgidas. De ahí la historia del complot. Ya había comenzado a hacerlo con algunas fábricas que fueron derrotadas como Renault Córdoba, pero el clasismo se mantenía y resurgía.
Y para hacer frente a ese plan en la dirección del PST sugerimos la construcción de una coordinadora nacional, que sin suplantar la CGT tomara la tarea de la coordinación de las fábricas que practicaban la democracia sindical y no eran conciliadoras con las patronales. Con la dirección de los trabajadores de Villa nos pusimos de acuerdo en convocarla en abril de 1974. A la misma, concurrieron pequeños sindicatos del PC, y sectores impulsados por el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), que se opusieron a que se constituyese y a los que la dirección de Villa infelizmente concilió. De esa manera, se perdió la oportunidad de avanzar hacia un embrión de poder independiente al gobierno, los paramilitares y la burocracia sindical
La huelga, la organización barrial y la solidaridad
Una vez que se conoce la represión, todas las fábricas del complejo (que sumaban unos 15.000 trabajadores) se paran y se ocupan por cuatro días. Surgen en ellas nuevos dirigentes electos. Nosotros entramos en contacto con nuestros compañeros Juárez y Kalauz que habían sido electos como los representantes de su fábrica METCON al Comité de Huelga. Como responsable del trabajo sindical del PST yo me había trasladado a la zona y con la dirección del partido sugerimos que lo mejor era salir de las fábricas y resistir con una huelga larga, ya que toda la zona estaba dominada por gendarmería y las fuerzas especializadas y estaban preparadas para invadir e ir hasta sus últimas consecuencia en la represión. Es así que los obreros de todas las fábricas encolumnados se retiran para iniciar la larga huelga.
Los 60 días de huelga suman una historia de lucha, sacrificio, solidaridad, coraje de parte de los trabajadores y de quienes lo apoyan. El primer mes la solidaridad a pesar de las intimidaciones y la represión (la voladura de un galpón donde se acopiaba la mercadería recibida desde barrios y ciudades) fue enorme. Desde fabricas metalúrgicas de Buenos Aires salieron varios camiones de solidaridad, de los pueblos vecinos se enviaba cantidad de comida, y en todo el país tanto nosotros del PST como otras organizaciones hacíamos colectas en las fábricas y universidades.
El papel del PST
El PST, fuertemente comprometido con la huelga ayudó a construir la inter barrial, organización formada por un delegado de los vecinos por barrio que se reunían clandestinamente. En cada barrio había también un militante del PST que colaboraba con la distribución del Boletín de Huelga, del que se editaron 21 números. Médicos, enfermeras se desplazaban de Rosario para atender a personas enfermas y a llevar cantidades de medicamentos. Los y las psicólogas por su parte, atendían a los niños traumatizados por tener sus padres presos o por la represión cuando a la noche se escuchaban ráfagas de ametralladoras.
El día 22 de Abril se había organizado una gran movilización a la plaza de Villa con el objetivo de que hacer una demostración de fuerzas que cambiara la política represiva que seguía el gobierno. Más de diez mil personas marchábamos en tres columnas con los miembros del Comité de Lucha y nosotros a la cabeza. Tres cuadras antes de converger en la plaza aparece la represión. Los carros de asalto tirando balas de goma y de las otras, y helicópteros en un operativo tipo “apocalipsis now” que tiraban a la cabeza. Resistimos lo que pudimos, pero nos tuvimos que dispersar. La policía nos individualizaba y nos perseguía. Yo salte una verja y termine pasando la noche en una casa de adobe junto a una pareja bien mayor que temblaba de miedo. A partir de ahí todos los barrios pasaron a ser vigilados manzana por manzana por los carros de civil de la triple A
Muertos y desaparecidos
Pocos días después aparece fusilado en el baúl de su auto al que le había prendido fuego, Julio Mancini un obrero de 23 años miembro del PST. No fue el primero. Antes, en una peña de solidaridad con la huelga la triple A ametralló y mató a dos compañeros que estaban apoyando la huelga. Después, aparecen más muertos. Se calcula que fueron diez durante el conflicto y 60 más entre detenidos y desaparecidos con la dictadura de Videla.
La Alianza de la patronal, con la Triple AAA gubernamental y la burocracia sindical
Las negociaciones que se intentaron fueron infructuosas, el gobierno nacional y la burocracia cerraron toda puerta de diálogo. El operativo de guerra montado fue sostenido por tres patas. Una de ellas es el gobierno y la Triple AAA, que quería terminar con el clasismo para mantener el control de la burocracia y pasar su plan de ajuste. Otra era la misma burocracia sindical que defendía sus sillones burocráticos y quería si o si, retornar a la seccional. Y también hacia parte la poderosa patronal. Todo el operativo de fichaje de activistas, de allanamientos etc. se hizo gracias a la patronal que también aportó el barrio de sus funcionarios jerárquicos para alojar a la triple AAA y gendarmería. De estos tres, la patronal era la que tenía mas visión estratégica. Mientras que gobierno y burocracia querían terminar con el clasismo para seguir gobernando, la patronal ya estaba trabajando a más largo plazo, en un futuro recambio del gobierno por la dictadura militar. El director de la fábrica Acindar (la más importante del complejo) durante la huelga, Martinez de Hoz, fue el mismísimo Ministro de Economía de la dictadura militar responsable del feroz ajuste que sufrieron los trabajadores y de los 30 mil desaparecidos.
Cabe destacar que la Triple A como brazo paramilitar del gobierno y también asociada a la burocracia sindical, actuó en la Argentina durante todo el gobierno de Isabel Peron hasta el golpe de marzo del 76. Eran los encargados de la represión selectiva por fuera de cualquier control jurídico. El PST sufrió brutalmente su ataque. Mas de 20 locales fueron destruido o dañados por sus bombas y más de 25 asesinados o desaparecidos entre ellos dirigentes obreros.
El fin de la huelga y nuestro secuestro
El cansancio producido por la represión, el no pago de los salarios y el fracaso de toda negociación, fue desgastando la moral de los trabajadores. Los telegramas de intimidación para la vuelta al trabajo se hicieron más frecuentes, y en ese contexto se realizó una última asamblea en el estado de “La Ribera” donde se resolvió dar facultade al Comité de Lucha para levantar la huelga.
Junto con otros dirigentes del PST, y Juarez y Kalauz del Comité de Huelga íbamos a hacer una evaluación de la Asamblea cuando fuimos copados en el edificio en que nos encontrábamos, por hombres con armas largas, mal vestido, algunos con gorras y lentes de sol. Por supuesto que no tenían ninguna orden del juez ni de allanamiento ni se identificaron. Pasamos cuatro o cinco horas pensando lo peor, hasta que nos deciden hacer salir del apartamento. Nos resistimos de salir de a uno en uno, o todos juntos o no nos movíamos con Silvia Diaz, gritando nuestra demanda. Al final deciden parar un ómnibus de línea, hacen bajar a los pasajeros y nos suben a todos. El destino fue un gran alivio, la jefatura de Policía de Rosario. Allí pasamos mas de una semana sin ningún fichaje, hasta que con una gran operativo policial nos trasladan en un avión de Aerolíneas Argentinas a Buenos Aires. Conseguimos pasar con una servilleta a una azafata el número de teléfono del local central del PST. Recién entonces se enteraron de que estábamos vivos, y a la semana recibíamos visita de familiares. Luego de un mes, o tal vez más, nos liberaron. Ante de ello, nos llevaron en dos autos a la casa Rosada, donde el sub secretario del Ministro de Interior nos advirtió que “no podíamos más estar involucrados en conflictos obreros. Solo participar de elecciones”. Por supuesto que el PST siguió en la lucha de clases y la represión también siguió golpeando. Locales allanados, volados por bombas y más compañeros desaparecidos.
La importancia del juicio ahora
Las últimas palabras que dije, -en la más de hora y media de declaración ante el juez-, fueron “que el juzgamiento de esta causa es más allá de todo, la condena a los métodos de represión utilizados por esa triple alianza, y que, eso es muy actual en momentos que se intenta desde el poder del estado usar métodos represivos similares contra las movilizaciones de los trabajadores.
Y para concluir repito una última frase que también dije en una charla ante jóvenes, representantes de derechos humanos, ex dirigentes de Villa y militantes del MST: “Este conservatorio representativo expresa con mucho entusiasmo el valor del Juicio por lo que ha sido y significa Villa Constitución, lo que fue Villa Constitución; también es importante llevar esta historia a Brasil a los militantes nuestros y a los luchadores obreros para que conozcan más y aprendan de la historia de la lucha de clases y se hagan más internacionalistas. También para que reconozcan toda nuestra corriente histórica que fue el morenismo, al que no se trata de repetirlo como un libro; sino de mantener la tradición viva de pasión por la lucha de clases, pasión por la organización de profesionales, pasión por el estudio del marxismo, pasión por la acción”.
(*) Pedro Fuentes dirigente nacional del PSOL y del Movimiento Esquerda Socialista (MES) – Brasil.