GRAN HUELGA GENERAL EN ARGENTINA: ASÍ SE ENFRENTA A LA EXTREMA DERECHA

La gigantesca manifestación contra el gobierno de extrema derecha de Javier Milei señala un camino de resistencia en 2024

Escribe: Israel Dutra (*)

25 DE ENERO DE 2024, 21:06

Foto: Vitor Cesario

Una gran huelga general paralizó a Argentina el miércoles 24 de enero. Cientos de miles de trabajadores y sectores populares se concentraron frente a la Plaza del Congreso. En el interior del país, las plazas de las principales ciudades se llenaron de concentraciones convocadas por sindicatos, movimientos populares y partidos de izquierda.

En todo el mundo, frente a consulados y embajadas argentinas, hubo manifestaciones de solidaridad con la huelga general. Países como Francia, España, Italia, Colombia, México, Brasil, entre otros, tomaron medidas de apoyo a los argentinos.

Fue un ejemplo de cómo enfrentarse a la extrema derecha. En Brasil, además de la solidaridad activa, debemos aprender lecciones de este importante momento histórico.

Argentina en lucha

El tema principal fue la lucha contra las medidas iniciales del gobierno de Milei. El llamado “plan motosierra” es un verdadero plan de guerra contra los trabajadores y el pueblo argentino, con un sesgo autoritario y ultraliberal. La estimación de los sindicatos fue de unas 400.000 personas en la capital Buenos Aires, con un paro total de las actividades laborales durante 12 horas, incluido el transporte al final de la jornada. El escenario de miles de personas movilizadas se repitió en las principales regiones del país, con énfasis en Córdoba, Rosário y Mendoza. Por la noche, los tradicionales panelaços movilizaron asambleas vecinales. La lucha contra Milei involucra también a sectores enteros como las organizaciones de jubilados y el movimiento vinculado a la cultura “Unidos pela cultura”, que cuenta con el apoyo de importantes figuras como Ricardo Darín, Gael García Bernal y Pilar Gamboa.

La presencia masiva de manifestantes también desmoralizó, una vez más, el llamado “Protocolo AntiPiquetes” de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Dicho protocolo forma parte de un operativo para impedir manifestaciones callejeras, perseguir a dirigentes, multar a sindicatos y organizaciones, como parte del plan represivo y autoritario de Milei. El protocolo ya había sido rechazado por manifestaciones de izquierda y movimientos sociales a finales de diciembre, en referencia al aniversario del Argentinazo.

La fecha de ayer colocó un nuevo nivel en el enfrentamiento al plan Milei, que se discute a nivel parlamentario. Ante un ajuste tan fuerte, el éxito de una huelga convocada apenas 45 días después de que el nuevo presidente asumiera el cargo fue una victoria popular.

Tendencia a la polarización

En todo el mundo, la polarización entre la extrema derecha y los trabajadores en su conjunto está aumentando. Los planes de los neofascistas, cada vez más articulados, incluyen una mayor represión de los movimientos sociales, un “neoliberalismo de choque” para aplastar los logros de la clase trabajadora durante los últimos 80 años y la restricción de las libertades civiles y democráticas.

Esta polarización involucra cada vez más a un mayor número de países. Será el gran choque de todo el año, donde tendremos capítulos importantes como las elecciones americanas y las europeas.

Hoy la extrema derecha levanta cabeza en la ofensiva colonial sobre Gaza, donde el lobby internacional de la derecha sionista se articula con los elementos políticos más conservadores, en las victorias de Trump en las primarias republicanas y en la postulación de Milei como “renovación del ultraliberalismo”. El discurso del presidente argentino en Davos llamó a luchar contra el “socialismo y el feminismo” para imponer nuevas relaciones laborales en el mundo, dejando que reine absolutamente la “libertad del capital”. Un despotismo extraño que pretende ganarse a una parte de la burguesía mundial para su proyecto.

En Brasil, a un año del “capitolio a la brasileña”, la lucha contra la extrema derecha está vigente y su obstáculo es la pasividad de los sectores mayoritarios de la política nacional al abordar el tema. La prolongada conciliación del gobierno federal con sectores notoriamente golpistas de las fuerzas armadas es sólo un ejemplo. La crisis creada por las nuevas revelaciones en el caso del asesinato de Marielle Franco y Anderson Gomes no hace más que reforzar la relación que un sector del aparato estatal tiene con las milicias y el crimen organizado. Y que enfrentarse a la extrema derecha es enfrentarse al paramilitarismo que tiene peso en la realidad, especialmente en Río de Janeiro, y que el caso de Marielle, aún inconcluso desde hace casi seis años, es el principal símbolo.

La multitudinaria acción de los trabajadores y el pueblo argentino es un ejemplo de cómo se enfrenta la extrema derecha, “caliente”. Es decir, en las calles, ganando mayoría social, disputando a la opinión pública, con los métodos y organizaciones de clase, sin renunciar a la lucha electoral y parlamentaria, ni a la unidad de acción necesaria para defender las libertades democráticas, con sectores sociales más amplios.

Las manifestaciones contra la extrema derecha en Alemania y contra la ley de inmigración en Francia se suman a este debate. Así se combate el neofascismo.

Solidaridad y lucha contra la extrema derecha

Por nuestra parte, cumplimos el rol de Solidaridad con la huelga, con una delegación de sindicalistas y dirigentes del PSOL de Rio Grande do Sul y participando de eventos en São Paulo, Brasilia, Río de Janeiro y Porto Alegre. Estaremos atentos a los próximos pasos de la izquierda y los movimientos sociales combativos en Argentina.

Queremos ampliar la coordinación de la lucha internacional contra la extrema derecha, a partir de iniciativas concretas y solidarias, partiendo de la lucha contra Milei, manteniendo la defensa de la causa palestina para que el genocidio termine inmediatamente, además de la defensa de los inmigrantes. .

Y para combatir a la extrema derecha, aquí y ahora, en Brasil en 2024, debemos unir fuerzas y luchar contra sus agentes y su programa. Este es uno de los desafíos del año.

Luchar para encarcelar a Bolsonaro, su clan, los golpistas y toda la banda de milicianos urbanos y rurales; y combatir el programa de choque neoliberal en sus orígenes, que tiene como principios el ajuste y la privatización. Explique el desastre de servicios privatizados como ENEL en SP y CEEE Ecuatorial en Rio Grande do Sul.

Y estar al lado de los trabajadores, como los servidores públicos federales que este año lucharán contra la reducción salarial, fruto del pacto fiscal del gobierno.

La lucha en 2024 apenas comienza. Argentina muestra un camino.

(*) Israel Dutra es sociólogo, secretario de Movimientos Sociales del PSOL, miembro de la Dirección Nacional del partido y del Movimiento de Izquierda Socialista (MES/PSOL).