EL LEGADO DEL CHE A 56 AÑOS DE SU ASESINATO
El 1 de agosto de 1967, la CIA se suma a la captura del «Ché».
El 26 de septiembre entran en La Higuera y, tras una emboscada, el Che es herido en una pierna y llevado a la escuela de esa pequeña localidad. El 9 de octubre de 1967, el sargento Mario Terán fusiló al Che Guevara al día siguiente de su apresamiento, no sin antes ser torturado por el Ejército de Bolivia y la CIA.
Cincuenta seis años después de su muerte, la cara del Che es una imagen tan reconocible como los logos de Windows o Facebook. A diferencia de éstos, no simboliza grandes empresas capitalistas, sino la propia idea de la revolución contra este sistema que oprime y explota a los trabajadores y el pueblo.
El rostro del Che lo podemos ver en calcomanías, gorros, camisetas, pero el lugar indicado es cuando flamea en las revoluciones de la Primavera Árabe, en marchas de estudiantes y huelgas obreras de Grecia hasta México, y donde sea que existan luchas contra la injusticia. Para muchos, es el primer referente al que miramos cuando comenzamos a rebelarnos; es así como Guevara se ganó ese lugar en la historia.
EL CHE Y LA REVOLUCIÓN LATINOAMERICANA
El Che era partidario de extender la revolución a otros países de América Latina porque sostenía, correctamente que, la derrota del imperialismo se lograría sólo sí la revolución se extendería a escala continental y mundial. Esta definición confronto la nefasta política de «coexistencia pacífica» que implementó la burocracia de la URSS, política a la que adhirió Fidel Castro frenando el proceso revolucionario que vivía el continente. El Che que no se disciplinó a esta orientación, y considerando que en Bolivia las condiciones estaban maduras, decide anunciar su partida a «nuevos campos de batalla» para «luchar contra el imperialismo donde quiera que esté. Decía: «No hay fronteras en esta lucha a muerte, no podemos permanecer indiferentes a lo que ocurre en cualquier parte del mundo, una victoria de cualquier país sobre el imperialismo es una victoria nuestra, así como la derrota de una nación cualquiera es una derrota para todos.
UN DEBATE ESTRATÉGICO
El Che merece el respeto de los revolucionarios, no es para menos, fue uno de los artífices de una revolución triunfante. La revolución cubana provocó mucha simpatía y solidaridad en el continente y el mundo. Miles de trabajadores y jóvenes buscaron seguir el camino del Che. El triunfo de la Revolución y la figura de Guevara fueron un aliciente para este despertar de voluntades. Sin embargo, con el mismo respeto, como le hablaría un alumno a su maestro, afirmamos que fue un error pretender la revolución en Bolivia sin darse la línea de formar una organización de apoyo ligada al movimiento de masas, como mínimo a nivel continental, tan necesario e importante en momentos en que los PCs se alinearon con la política de coexistencia pacífica con el imperialismo dictada desde Moscú.
Sin embargo este error no es casual. El «foquismo» del Che concebía a la guerrilla armada era suficiente para lograr el triunfo de la revolución y Relegaba a un aspecto secundario, incluso prescindible, la movilización de masas indispensable para que triunfe cualquier proceso revolucionario. En Cuba el movimiento obrero estaba movilizado contra el régimen de Batista y apoyó masivamente a la guerrilla. La insurrección urbana fue decisiva para el triunfo de la revolución, pero Guevara no sacó la misma conclusión. Dónde se vio claro fue en Bolivia, sin el apoyo de las masas, los movimientos guerrilleros fracasaron, derrota que le costó la vida al propio Che.
EL LEGADO DEL CHE
El marxismo revolucionario crítico, y contrario a su tergiversación stalinista, no construye ídolos de sus próceres, ni dogmas de sus ideas. La política revolucionaria se elabora sacando conclusiones de los aciertos y también de los errores del pasado.
Los revolucionarios de hoy tenemos nuestra tarea facilitada por estar subidos sobre los hombros de gigantes.
El Che es uno de nuestros gigantes. Su convicción revolucionaria y su internacionalismo forman parte de nuestro arsenal. Pero también tenemos que saber analizar críticamente el conjunto de sus ideas para no repetir los errores cometidos.