COLOQUIOS TITO PRADO | SEGUNDA REFORMA AGRARIA, ANÁLISIS Y PERSPECTIVAS

Dando cumplimiento a la programación de las conferencias, y diálogos en este nuevo Año 2022, denominada COLOQUIOS DE TITO PRADO, hoy viernes 21 de enero, estamos desarrollando la Segunda sesión de conversatorios de la realidad política y social con el tema: “LA II REFORMA AGRARIA: ANÁLISIS Y PERSPECTIVAS” a cargo del compañero José Suárez, Coordinador Regional de Cajamarca de NUEVO PERÚ, reconocido comunicador social identificado con las luchas populares y defensor de los derechos de los campesinos de esta zona andina.

La presentación estuvo a cargo del c. Pocho Escalante quien empieza resaltando el marco histórico del movimiento campesino, y el papel que jugó Hugo Blanco (tomas de tierra en el valle de la Convención-Cusco), para que el Gobierno Militar de Velasco termine impulsando la Reforma Agraria en los 70, eliminando el régimen de hacienda de latifundistas y terratenientes, heredado de los europeos. En ella, destaca la organización del campesinado cusqueño contra la explotación de los patrones, que luego se extendió en gran parte del país. Era la lucha de los campesinos que reclamaban por una verdadera Reforma Agraria.

El c. José Suárez inicia su exposición analizando los procesos de Reforma Agraria en América Latina, como México, Bolivia, Cuba y Argentina, que implementaron el trabajo de la tierra de manera colectiva. Acto seguido, se remonta a la época Colonial, donde los españoles se apoderaron de las tierras, a través de los latifundios, explotando y tratando de exterminar a los indígenas. 

Cree que la República no resolvió el problema de la tierra, muy bien analizado por José Carlos Mariátegui, a comienzos del siglo XX, de ahí la aparición de grandes movimientos campesinos en América Latina. En tal sentido, la Reforma Agraria Velasquista (1969), implementada como medida económico social resolvió, en gran parte, la explotación y marginación de los campesinos; las tierras fueron adjudicadas colectivamente con la creación de las Cooperativas Agrarias de Producción y las Sociedades Agrícolas de Interés Social, bajo la consigna: “La tierra es para quien las trabaja”. Fue un duro golpe para terratenientes y latifundistas.

 Sin embargo, su éxito estuvo relacionado con el ámbito geográfico, como que las Cooperativas de la costa obtuvieron mayores ganancias y se consolidaron en el tiempo. Históricamente, este proceso permitió el cambio socio económico del campesinado pues se convertían en dueños de la tierra, que había trabajado por siglos. Posteriormente, al fracaso de estos organismos de los campesinos se inicia el proceso de parcelación e impulso de minifundios y latifundios, además de la presencia de la banca privada que impulsaba la compra de terrenos (hipotecas) a quienes fracasaban en sus cosechas, y el control del mercado a través de los grandes monopolios que acaparaban la comercialización de los productos agrícolas (fungicidas, insecticidas, semillas, maquinarás, etc.). Estos cambios, volvieron a levantar a los trabajadores del agro, como los que vemos a diario gracias olvido del Estado a quienes garantizan la alimentación del pueblo.

Por eso NUEVO PERÚ, a través de la c. Verónika Mendoza planteaba -en la campaña electoral- la discusión de una II Reforma Agraria, como parte de nuestra propuesta política. Entre otras cosas pide el apoyo del Estado, subsidiando la agricultura, y una capacitación permanente de los campesinos, sin expropiar la tierra, como lo hicieron los militares. Además, de considerar a los gobiernos locales y regionales como actores importantes en esta II Reforma Agraria. 

Según su opinión, existen 5 ejes centrales para resolver el problema del agro:

1. Conformar un Gabinete de Desarrollo Rural, con sus instituciones representativas que ayude a manejar la siembra, cosecha y comercialización de los alimentos, al margen de los grandes monopolios y banca privada. Además, de la presencia del SECIGRA (Servicio Civil de Graduados) para brindar apoyo técnico y profesional al sector.

2. Ajustar la franja de precios, para controlar la importación de insumos priorizando productos que no existan en el mercado nacional.

3. Promover las compras públicas para los Programas Sociales del campo, protegiendo al agricultor frente a las importaciones de productos.

4. Protección y cuidado del agua, que incluye la construcción de represas, terrazas y cuencas, además de la defensa del agro ante la presencia de las actividades mineras, que solo la contaminan.

5. Promover la Asociatividad y el Cooperativismo en el agro, dejando de lado las experiencias ingratas de las cooperativas agrarias, de los 70.

Por otro lado, reconoce que el planteamiento de la II Reforma Agraria tiene limitaciones, porque no ataca los verdaderos problemas que tiene el agro. La idea sería trabajar por una profunda transformación del campo, empezando por el cambio en las relaciones políticas existentes, poniendo énfasis en la agricultura familiar. Además, de eliminar a los nuevos latifundios que hoy acaparan la propiedad de miles de hectáreas agrícolas. También falta resolver el tema de la titulación de la tierra, y el impacto del calentamiento global sobre la producción; como democratizamos la tierra y rompemos el control de los agro exportadores. De igual forma, la implementación de una franja de precios, para regular y limitar los productos importados; el tema del control del mercado y el fortalecimiento de las compras del Estado reduciendo la importación de alimentos. Esto último, pasa por reformarlo, para que brinde mayor apoyo a los campesinos, así como ejercer el poder popular en el agro, movilizando a los campesinos y haciéndolo más participe en la solución de sus problemas.

El tema de la II Reforma Agraria, también debe tocar la propiedad de la tierra para que sea más justa, eliminando el latifundio y el acaparamiento de tierras. El crédito agrario para los parceleros, debería reducirse al 0.1%, porque la mayoría de los campesinos mantienen su deuda con la banca privada. En el mismo sentido, eliminar los monopolios como Lecha Gloria, que siguen controlando y acaparando la comercialización de la leche, o de los alimentos, como el caso del maíz y el trigo (que son importados, en su mayoría).

Escribe: Julio Castillo, 22/01/2022, Comisión de Prensa de SÚMATE al NUEVO PERÚ